En una acogedora casa ubicada en una calle corta con vista al mar en el cerro Recreo de Viña del Mar, me recibieron con un muy bienvenido café matinal Francisco y Mary, dueños del hostal San Pedro, que lleva siete meses apostando por ser un econegocio gestionado por Valpo Interviene.
Por Fernanda Casorzo Pino
Desde el año 2010 que este matrimonio formado por Francisco Merino y María del Carmen Ortúzar regenta este hostal que durante el año recibe estudiantes y en el verano turistas, principalmente parejas o amigos adultos jóvenes de origen argentino, brasileño y europeo. Cinco habitaciones con baño privado, unidas a través de un corredor tipo español, comparten la cocina, el comedor y un patio central con terraza, luminoso y cálido cuando hay sol.
El “bichito” del reciclaje les empezó a rondar hace algunos años, recuerda Mary: “en algún minuto uno de nuestro hijos puso de estos tambores para echar los restos de comida a los gusanitos, y fue un desastre porque él se fue y yo traté de hacerlo y no me resultó, se llenó de bichos”. Luego pensaron en ir a dejar los desechos a contenedores ubicados en las calles, pero tampoco les resultó fácil, “no lo hicimos porque yo nunca sentí que acá en Viña hubiera un lugar donde para mi fuera fácil ir y dejar las cosas, entonces como nunca lo sentí, dije no puedo hacerlo no más” y Francisco agrega que “de hecho tú llegas a estos lugares donde llevas los vidrios por ejemplo, y están colapsados, llenos de botellas de vidrio alrededor».
Pero la inquietud seguía latente y cuando los contactaron desde Valpo Interviene les interesó de inmediato, sumado a que les acomodaba el que los desechos fuesen retirados a domicilio. Cuando la ONG les hizo una capacitación para orientarlos en la gestión de los residuos domiciliarios para ellos “fue súper buena porque nos hizo tomar conciencia, como un click. La persona que nos hizo la capacitación nos contaba que increíblemente está calculado que el 50 por ciento o a lo mejor un poco más de reciclaje, lo recicla la misma persona que va al basurero a buscar productos para revender, o sea cartones, plásticos, las latas, que él no lo hace pensando en que está reciclando, lo hace por un tema económico, por sacar unos pesos para poder comer, pero en el fondo está haciendo un tremendo aporte inconscientemente, indirectamente”, señala Francisco.
Afuera de la cocina se instalaron los contenedores donde se depositan cartones, plástico, vidrio y latas, todos con sus respectivos instructivos a la vista para que los huéspedes realicen el proceso de manera correcta. Los desechos generados en la casa de Mary y Francisco, e incluso los de su hija que vive a unas pocas cuadras, también los destinan al reciclaje.
En general la experiencia ha sido positiva, pero no pueden dejar de mencionar que aún falta crear conciencia y el hábito de reciclar, y hacerlo bien. Francisco asegura que “a la gente le cuesta mucho todavía el tema del reciclaje pese a que, tú vas a ver abajo, está todo identificado, cómo debe ir, aplastar las botellas… na’… tiran todas las botellas adentro –los estudiantes-, de repente les queda un poco de bebida o cajas de pizza con pedazos de pizza adentro” y Mary agrega que “yo los he retado pero les cuesta, es flojera no más y al final es una pega más para nosotros”.
Para este matrimonio viñamarino, el hecho de ser un econegocio tiene un valor agregado a ojos de sus huéspedes, sobre todo de los turistas europeos y norteamericanos. Pero más allá de eso, para ellos ha significado tomar conciencia; Francisco nos da un ejemplo de cómo ha cambiado incluso su manera de actuar frente a la basura: “aquí –en la calle- para bajar, hay una escalera, y si hay alguna botella plástica antes no la recogía o si la recogía la botaba en el basurero allá abajo, ahora la recojo y me la traigo y la boto acá. O sea son cosas mínimas si al final esto es como una gota en el mar pero es un tema de conciencia”.
Ambos aseguran que seguirán siendo un econegocio, y que están muy satisfechos con la gestión de Valpo Interviene: “estamos súper contentos con el servicio, no hemos tenido ningún problema y no tenemos ninguna intención en dejarlo sino que todo lo contrario, seguir. Y ahora lo vamos a probar un verano completo”, concluye Francisco.