¿Te has dado cuenta de todos los productos de plástico que usamos a diario? Sin duda son muchísimos y nuestra dependencia hacia ellos es cada vez más preocupante.
En un comienzo el plástico había sido un material creado para sustituir ciertos productos, lo que significó una serie de beneficios en muchas áreas. Los grandes avances en la medicina, tecnología, medios de transporte, vestuario y nuevas plataformas de comunicación, por mencionar algunas, se han dado gracias a la incorporación del plástico en alguna parte de la cadena de producción.
¿Qué lo hace tan especial y beneficioso? Es liviano, versátil, resistente, moldeable, fácil de limpiar y trasladar: parecía la solución a todos nuestros problemas.
El plástico nos venía a mejorar la vida. De hecho, en la década del ‘50 la revista Life mostraba en su portada la foto de una familia estadounidense celebrando la llegada de “La vida de usar y tirar”, gracias al plástico desechable.
Todo hubiera sido perfecto de no ser por uno de los grandes problemas que ha planteado: su durabilidad. Son prácticamente eternos. De hecho se estima que la gran mayoría de los objetos que se han creado siguen existiendo en la actualidad.
Eso sumado al mal manejo que hacemos de nuestros productos una vez que ya cumplieron su vida útil, lo transforman en un gran peligro. Y eso no es sólo responsabilidad de los consumidores, sino que de toda la cadena de producción.
En nuestro país es difícil encontrar puntos limpios donde separen y clasifiquen todos los tipos de plásticos. Hay comunas donde ni siquiera hay puntos limpios, y si por suerte se encuentra alguno es prácticamente imposible que se puedan reciclar todos los tipos de plástico que existen.
¿Cómo? ¿Hay más de un plástico? Así es. Hay 7 tipos los cuales se pueden identificar en los envases con el símbolo de reciclaje alrededor, lo que nos indica dónde reciclarlo.
Aquí te los explicamos:
1. PET (Tereftalato de Polietileno): este es uno de los más recibidos en los puntos limpios y corresponde a botellas de plástico de jugos, bebidas, envases de tortas o frutas y se identifica con el número 1.
2. HDPE (Polietileno de alta densidad): es rígido y resistente y se utiliza para fabricar botellas de champú, jabón, bálsamo, cloro, entre otros. Se identifica con el número 2.
3. PVC (Polivinilo): está presente en algunos envases de alimentos, tuberías y mangueras. Se identifica con el número 3.
4. LDPE (Polietileno de baja densidad): bolsas y botellas están hechas de este material. Se identifica con el número 4.
5. PP (Polipropileno): es muy popular en la elaboración de bombillas, vasos o envases de yogur. Se identifica con el número 5.
6. PS (Poliestireno): muchos de los envases de comida rápida están hechos de este material. Se identifica con el número 6.
7. Otros plásticos y materiales compuestos: mamaderas y cd’s. Este material es una mezcla de diferentes plásticos, por lo que es imposible de reciclar. Muchas empresas los reutilizan para elaborar productos.
Sumado a la explosión en el consumo y los temidos “productos de un solo uso”, el plástico se ha convertido en uno de los íconos de las crisis ambiental. Si bien las políticas públicas y las empresas deben establecer nuevas formas de producir que sean mucho más amigables con el medio ambiente, nosotros como consumidores podemos optar por opciones que estén compuestas por otros materiales o por dar un giro radical en la manera en la que consumimos.